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Crece la morosidad de la cartera bancaria

Por: José Samaniego Ponce

El incremento de la morosidad de la cartera bancaria (créditos que no se pagan o que se pagan fuera del tiempo acordado), es un signo inevitable de la recesión económica y, en especial, del deterioro del empleo y del ingreso real de la población. Eso es lo que reflejan las cifras de la Superintendencia de Bancos y que se ilustran en el gráfico que consta a continuación, elaborado por la consultora Multienlace.

Evolución de la morosidad

Julio 2013-2016 (En USD millones y porcentajes)

evoluciónmorosidad

El gráfico destaca algunos comportamientos y realidades. La primera es que el cambio de tendencia en el comportamiento de la cartera es diciembre del año 2013. A partir de enero del 2014, la morosidad de los créditos del sistema financiero empiezan a crecer sostenida y consistentemente y esto coincide también con el cambio en la evolución del precio del petróleo y el crecimiento de la economía. A julio de 2016, la morosidad promedio de la cartera fue del 4.4%, que no es un nivel alarmante, pero es casi el doble del nivel de diciembre del 2013.

Preocupantes son los niveles de morosidad de las carteras de consumo (tarjetas de crédito, básicamente) y microcrédito, que a julio pasado registraron un nivel del 8.6% y el 7.6%, respectivamente; y por eso inquieta la situación de los bancos especializados en estos segmentos del mercado.

Los créditos de vivienda y comercial (al sector productivo), tienen una morosidad mucho más controlada, con niveles del 3.3% y el 1.3%, respectivamente. En estos segmentos, la pendiente de crecimiento, también es mucho menor.

Incremento de morosidad significa para los bancos más provisiones y por lo tanto menos utilidades y en eso se resume la situación del sistema bancario privado a lo largo del 2016.