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La economía ecuatoriana demuestra evidentes signos de desaceleración en su crecimiento

Se desacelera la economía

Por JOSE SAMANIEGO PONCE

La economía ecuatoriana demuestra evidentes signos de desaceleración en su crecimiento. El estricto control del gasto público en este primer semestre del año, es quizás el principal determinante de este comportamiento, porque la inversión privada aún no puede sustituir a la casi inexistente inversión pública.

Efectivamente, en el mes de julio el BCE no solamente que corrigió el cálculo inicial del 3% de crecimiento para el año 2017, sino que modificó a la baja su perspectiva de crecimiento para el 2018, del 2% al 1,5%. Esta revisión muy probablemente será seguida por otras que realizan organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la CEPAL, que en el último trimestre del año pasado habían mejorado las perspectivas de crecimiento de la economía del Ecuador para este año.

Hay algunos indicadores macroeconómicos que parecen confirmar este “lento aterrizaje” de la economía ecuatoriana. En  primer lugar, vamos 10 meses consecutivos de deflación de precios, cuyo resultado si bien tiene un componente de reducción de precios internacionales por la suscripción de acuerdos comerciales, también demuestra una contracción de la demanda y en especial del consumo de los hogares. En segundo lugar, la encuesta de empleo con corte al mes de junio (aun cuando muy cuestionada), registró un fuerte deterioro del empleo adecuado: muchos trabajadores formales pasaron a la informalidad. En tercer término, está la persistente contracción de la liquidez bancaria que se refleja en una paulatina desaceleración del crédito.

El país espera la aprobación de la Ley de Fomento Productivo que se encuentra en su  fase final en la Asamblea y también está a la expectativa de medidas adicionales anunciadas por el Ejecutivo para corregir el déficit fiscal, en particular lo relativo a la disminución del subsidio a los combustibles, que es la medida de política económica que aparece como más probable.

El Ecuador requiere aún 5.800 millones de dólares de financiamiento (de los 12.000 millones previstos inicialmente) para cerrar la brecha fiscal estimada originalmente para el 2018 en 4.700 millones de dólares. De manera que requiere una combinación de varias acciones para corregir  este déficit en el tiempo: persistir en la reducción del gasto, generar mayores ingresos focalizando subsidios o aumentando impuestos e, indefectiblemente, contratar nuevo endeudamiento para atender las necesidades inmediatas mientras inicia un programa muy serio de re perfilamiento y re estructuración de la deuda contratada en el gobierno anterior.

En este escenario, un acuerdo con los organismos internacionales de crédito se vuelve ineludible