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Las estadísticas del Banco Central respecto a la información del Sector Público No Financiero (SPNF), revelaron la semana pasada, algo que ya se sospechaba. Básicamente, que el resultado fiscal reportado en la información estadística, no era consistente con la meta de acumulación de depósitos del sector público y el saldo de la Reserva Monetaria Internacional.

Las estadísticas del Banco Central respecto a la información del Sector Público No Financiero (SPNF), revelaron la semana pasada, algo que ya se sospechaba. Un secreto a voces que empezó a crecer a inicios de este año, cuando el FMI y el gobierno ecuatoriano revisaron el cumplimiento de las metas del programa económico y se percataron de que las cifras no cuadraban. Básicamente, que el resultado fiscal reportado en la información estadística, no era consistente con la meta de acumulación de depósitos del sector público y el saldo de la Reserva Monetaria Internacional.

De acuerdo a las cifras corregidas, al déficit del SPNF del año 2018 hay que agregarle 2.100 millones de dólares, para un resultado global negativo de 3.400 millones de dólares, es decir 3.4 puntos porcentuales del PIB. Mientras que al déficit del 2019 hay que agregarle 1.230 millones de dólares, para un déficit consolidado de 845 millones, algo menos del 1% del PIB.

En definitiva lo que pasó es que en 2018 se sobre estimaron ingresos por 842 millones de dólares y se sub registraron gastos por 1.227 millones de dólares. En el caso del año 2019, se registraron en exceso ingresos por 834 millones de dólares y no se contabilizaron gastos por 299 millones de dólares, dando el resultado del párrafo anterior que se ilustra en el cuadro que consta a continuación.

Al parecer, este “error” estadístico se remonta al año 2012, o antes, inclusive, y pueden existir muchas causas. Desde la más extrema que es la manipulación premeditada de información del equipo económico del gobierno anterior para esconder la real situación de la economía;  hasta la menos drástica y que atribuye el problema a errores de consistencia entre la información que produce el Banco Central (Cuentas Nacionales, Balanza de Pagos, Cuentas Monetarias y Balance del Banco Central) con la que genera el ministerio de Finanzas, en especial la que se origina en los GAD´s y en empresas públicas como Petroecuador o Petroamazonas

Hay algunos hitos a considerar. En el 2008, el gobierno anterior decidió no aceptar la revisión de las cifras de la economía ecuatoriana que anualmente hacía el FMI, cumpliendo el artículo IV del Convenio Constitutivo. Por esa época, el gobierno de entonces limitó drásticamente las funciones del Banco Central, desinstitucionalizó su estructura, lo que provocó la salida de varios de sus mejores técnicos y trasladó parte de las tareas al ministerio de Coordinación de la Política Económica.

Hay que recordar que el Banco Central, desde su creación y con las reformas posteriores a su estructura a lo largo de su historia, era el ente encargado de consolidar y supervisar la consistencia de los programas macroeconómicos en el Ecuador, coordinando las metas y los objetivos de la política económica entre el sector externo, el sector fiscal, el sector real (cuentas nacionales) y el sector público.

Reconocer el error es una muestra de transparencia, pero reconstruir la información y reformar la metodología y los chequeos cruzados  para asegurar la consistencia de la información es una tarea que va a tomar tiempo. Hasta tanto hemos vivido con una información muy parcial de la realidad económica desde hace por lo menos 8 años.

Fuente: Eco. José Samaniego P. -Gerente General Anefi S.A.