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Te recomendamos tomar en cuenta los siguientes consejos:

El coronavirus ha cambiado la vida de las personas y ha tenido un impacto profundo en la economía. A medida que las políticas de distanciamiento social se van relajando hay ciertas actividades económicas que volverán a la normalidad, sin embargo, hay otras que tienen un futuro incierto. Sea cual sea la situación, podemos coincidir que hay mucha incertidumbre.

  • Cuenta cada centavo: establece un presupuesto y planifica

Te recomendamos hacer un presupuesto mensual donde puedas analizar a detalle tus ingresos y gastos recurrentes. Adicionalmente, planifica otros gastos mayores y predecibles como mantenimientos de autos, pagos de primas de seguro, colegiaturas, etc. para asegurarte que no pases aprietos. Tener un presupuesto mensual y un cronograma de gastos grandes te darán claridad y control de tus finanzas.

  • Ahorra: crea un fondo para tus objetivos y emergencias

Con tu presupuesto establecido, puedes maximizar tu ahorro. Comienza por clasificar tus gastos por nivel de necesidad. Luego, establece una meta de ahorro acorde a tus objetivos y recorta gastos comenzando por lo menos necesario. Tu meta de ahorro debería representar al menos el 10% de tus ingresos y dependerá de tus objetivos y el nivel de sacrificio que quieras hacer. Tus fondos ahorrados deberían estar divididos en una porción líquida que cubra 3 meses de gastos y el resto que debe estar invertido.

  • Evita endeudarte: las tasas de los créditos personales son altas

Las deudas no son malas dependiendo de su propósito. Por ejemplo, un crédito hipotecario que tiene como fin la compra de tu casa te generará ahorros en arriendos futuros. Adicionalmente, a medida que pagas la deuda, creas un patrimonio de largo plazo. Sin embargo, hay deudas que debes evitar. Por ejemplo, las deudas contraídas con tarjeta de crédito tienen tasas de interés sobre el 16%. Es decir, si pagas el mínimo requerido, tu deuda crecerá como una bola de nieve por el pago de intereses sobre intereses, y se duplicará en aproximadamente 5 años.

En este punto nosotros te aconsejamos evitar tomar deudas innecesarias y caras. Y, si ya estás endeudado, dedica una buena parte de tus ahorros a pagar deuda comenzando por aquella que es más cara.

  • Renegocia: busca descuentos por buen cliente o por pagar en efectivo

Como consumidor de un producto o servicio, debes considerar que pagar en efectivo o ser un cliente recurrente te da puntos a favor, especialmente en una recesión económica. En esta época, las empresas valoran mucho más a los clientes, y de seguro puedes conseguir un descuento. Por ejemplo, revisa tus gastos que haces en el gimnasio o en el arriendo de tu casa. En el primer caso, seguramente puedes conseguir un descuento por pagar en efectivo. En el caso de tu casa, el arrendatario preferirá tenerte por un año más (con una renta descontada), que aventurarse a buscar alguien nuevo en esta época. Hay que perderle la vergüenza a negociar, en esta época todos están ajustando gastos.

  • Invierte: tu dinero puede trabajar para ti

El dinero ahorrado siempre debe estar invertido y ganando un interés o renta. Para ese propósito tienes muchas opciones, desde invertir en algo tradicional como un bien inmueble hasta algo más dinámico como una inversión en la bolsa de valores ecuatoriana. Lo importante es que esta inversión sea segura, rentable y ajustada a tus necesidades. Comienza por preguntarte cuál es tu horizonte de inversión. Segundo, cuánto entiendes de los riesgos que conlleva la inversión en cuestión. Y tercero, evalúa todas las opciones en términos de retorno anual. Con este análisis fácil puedes por ejemplo concluir que una inversión inmobiliaria es demasiado larga e ilíquida, y que los arriendos netos anuales relativos al precio de compra del bien son comparativamente bajos.

Para más consejos e información, contáctate con un asesor financiero en ANEFI S.A.

Autor: Bernardo Orellana – Gerente Fondos de Inversión Anefi S.A.