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Lo que se ha obtenido es un paso más en la línea de corregir el tremendo desequilibrio fiscal y aliviar el flujo de caja y por eso es positivo. Pero queda muchísimo por hacer para consolidar una estructura del sector público que sea viable y sostenible en el largo plazo.

Eco. José Samaniego P. – Gerente General ANEFI S.A.

Finalmente, el viernes 7 de agosto, terminó el plazo para que los tenedores de los bonos soberanos del Ecuador expresen su decisión de aceptar o negar la propuesta de renegociación que hizo el estado ecuatoriano. Por donde se lo mire, el resultado fue exitoso, con más del 97% de aceptación.

Pero, además, el jueves 6 de agosto el ministro de Economía y Finanzas anunció la reprogramación de la deuda con China, en particular con el China Development Bank, que le había otorgado al país una línea de crédito en abril de 2016.

En un año plagado de malas noticias por la crisis sanitaria, las extremas dificultades fiscales y externas que se venían arrastrando desde años anteriores y que se agravaron con la pandemia, el paro y el confinamiento, definitivamente los anuncios de la semana que pasó refrescaron el ambiente y renovaron el optimismo respecto de la viabilidad de la economía ecuatoriana.

La renegociación de los bonos significa para el país obtener un periodo de gracia del capital (5 años) y de intereses (2 años); disminuir el saldo de la deuda en 1.540 millones (8,9%), disminuir la tasa de interés promedio del 9,2% al 5,3% y aumentar el plazo promedio al doble (de 6,1 años a 12,7 años). Estas condiciones aplican para un saldo de la deuda de aproximadamente 18,000 millones de dólares, esto es el 43% de la deuda externa

En el caso de la China, en base a la información periodística difundida, en realidad se trata de un alivio de pago de una línea de crédito del China Development Bank por 417 millones de dólares, pues no se modifican las condiciones de tasa de interés ni de monto. Lo que se logró fue un periodo de gracia de 12 meses y una reprogramación de pagos, una vez concluido el año de gracia, en 11 cuotas mensuales iguales de 37,9 millones de dólares.

Las dos acciones anunciadas van en la dirección correcta, aliviar el flujo de caja de las cuentas fiscales y reducir la carga de la deuda en el presupuesto. Pero no deben considerarse como las únicas, pues tienen que venir acompañadas de otros cambios estructurales que reduzcan el tamaño del estado, que promuevan la desinversión en empresas públicas ineficientes y que permitan la generación de mayores ingresos permanentes para el Estado. En definitiva, consolidar un sector público económicamente viable, sostenible, eficiente y focalizado. Criticar las condiciones de reprogramación de la deuda con los tenedores de bonos ex post es fácil y suele caer a argumentos subjetivos. Las comparaciones son peligrosas. Cada país obtiene las mejores condiciones posibles considerando su realidad económica, su capacidad de pago, las condiciones del mercado, su tamaño relativo e incluso a su importancia geopolítica.

Fuente : Eco. José Samaniego Ponce – Gerente General Anefi S.A.