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Se puede, por lo tanto, alcanzar un equilibrio óptimo en el que se pueda distribuir y extender las ganancias para el comprador/vendedor y, en el caso de una oferta pública, que beneficie también a toda la sociedad.

El lunes 12 de noviembre el Premio Nobel de Economía fue otorgado a dos estadounidenses, Paul Milgrom y Robert Wilson, por su contribución al estudio de la teoría de las subastas.

A simple vista la aplicación de la teoría de subastas parecería ser muy simple y a la vez distante de otros problemas más evidentes de la sociedad como la redistribución del ingreso, el diseño de programas para combatir de forma más eficiente la pobreza y la desigualdad, etc.  (por los aportes de Duflo, Banerjee y Kremer, ganadores del premio nobel en el 2019).

Por qué la Academia de Ciencias de Suecia decidió premiar un aspecto de la ciencia, aparentemente tan irrelevante dentro de la economía del día a día, de la economía de la plaza y la calle, ¿Qué es esto de la teoría de subastas?

El alcance de los resultados de un proceso de subastas es más complejo de lo que se cree e incide en muchas más decisiones de las que se piensa. En el ámbito público, temas como la calidad de un servicio público como la recolección de basura, la construcción de un hospital o de una escuela, la compra de medicinas, la construcción de un aeropuerto, etc., dependen en gran medida del sistema de subastas escogido para seleccionar al proveedor.

En el campo privado, la cobertura telefónica de un equipo móvil, la publicidad que aparece en la computadora, la contratación de un seguro de vida y en general cualquier selección de un proveedor de bienes y servicios necesarios para la operación de una empresa, seguramente fueron parte de un proceso de selección a través de un sistema de subastas.

Un buen sistema de compras públicas a través de subastas resulta fundamental porque permite disciplinar al sector público a adoptar decisiones en base a conceptos de eficiencia y pensando siempre (al menos en teoría) en el beneficio de la sociedad. Bajo el criterio de que la elección de un proveedor determinado a través de un proceso de subastas permitiría escoger al mejor oferente del mercado, enmarcado en un proceso de costo/eficiencia, se estaría obteniendo el mayor beneficio económico y social para el ciudadano.   

No obstante, como cualquier proceso que opera en el libre mercado, los sistemas no son perfectos y pueden generar resultados o prácticas indeseables. Una mala asignación de recursos puede perjudicar al bienestar de la sociedad a través de un sistema de subastas que genere un gasto público ineficiente, cuyo valor de compra puede llegar a resultar muy bajo respecto de su valor real en el mercado. El esquema termina escogiendo proveedores incapaces de cubrir eficientemente un servicio público determinado.

Por el lado de subastas privadas, se puede también alcanzar resultados ineficientes que producen pérdidas a una de las partes de la transacción. Así, por ejemplo, en la subasta de un bien determinado -carro de lujo, obras de arte- típicamente por la falta de información del valor que podrían ofertar el resto de participes o por el propio desconocimiento del valor real del bien (considerando todas sus características) puede llevar también a un resultado ineficiente, en el cual el oferente que gana la subasta termina proponiendo un valor mucho más alto de lo que él mismo valora el bien. Es precisamente en este punto en que radica el trascendental aporte de la teoría de subastas estudiada por Milgrom y Wilson. Su principal aporte a la ciencia económica se fundamenta en que ellos, entendiendo la dinámica de un proceso de subastas, a través de la utilización de instrumental matemático lograron construir nuevos diseños y formatos de subastas “perfectas” que han permitido alcanzar resultados más eficientes y más equitativos en varias áreas de la economía, como el mercado de asignación de frecuencias, licitación de compras públicas, distribución de franjas de horarios de aeropuertos, entre otros.

Autores:

Eco. José Samaniego P. – Gerente General Anefi S.A.

Luis Paéz – Jefe de Tesoreria Anefi S.A.

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